Saturday, February 04, 2006

Las canciones tristes que afectan a la gente feliz

Mucha gente ha compartido conmigo lo mucho que odio mi oficina: llena de arpias y tacaños y gente rara. Bueno pues, mi nuevo pasatiempo es escuchar la musica sin oir la letra de las canciones y ver que se me ocurre.
3 libras es una cancion de mierda ya de por si, triste como ella sola. Me recuerda mucho a un tiempo atras cuando yo no era feliz. Me gui en mi cabeza escuchando las guitarras rasgantes y los quejidos, no las palabras de Maynard...y...jueputa!!!
Aun no despierto del dolor que aun puede estar escondido dentro de uno. Yo soy en si una persona sumamente feliz, lo unico que no tengo es plata. Pero haberme dejado llevar por sonidos tan crudos me hizo viajar a un parte de mi que crei desaparecida. No lo estaba, solo la habia tapado con todo el resto de cosas bellas que tengo ahora. No me molesta para ser sincera, me siento mas real. En fin ya pronto publicare, eso que pense...a ver si a alguien mas le remuerde la trizteza.

En todo caso eso era solo el inicio para lo que en realidad iba a poner aca. Este es uno de mis cuentos, data del 27 de Mayo del 2003. En este momento estaba en la salida del hueco, asi que estaba justo como me sentia con el asunto de 3 libras...que lo disfruten:

-Tengo 23 años-

He repetido esta frase en mi cabeza ya unas 20 000 veces, mi trabajo como ayudante / sacristán en la Iglesia, no me deja mucho dinero, pero me llena de los conocimientos que necesito, aunque debo admitir que solo he aprendido de manera autodidacta.

-Debes entrar al Seminario, Julián, acá no aprendes, lo que se necesita realmente me refiero, o ¿es que solo te gusta parecerle misterioso a todas las chiquillas que vienen a misa solo para verte?-


Oigo a mi tío Eugenio decir esto como una letanía. El nació en España, pero nunca habla de eso, es el Párroco de Nuestra Señora de la Soledad, la iglesia donde paso mis días desde que salí del colegio, hace ya seis años, por que “tengo ya, 23 años”.

Yo mismo me cuestiono, si en serio tendré la vocación o serán las “chiquillas”, en el cole, tuve un par de novias; durante el poco tiempo que estuve en la universidad (estudiando filosofía), lo único que hice fue ligar de vez en cuando, saciar los deseos de la carne, como dice tío Eugenio, ahora, ya no sé, siempre veo muchachas, algunas lindas, otras no tanto. que vienen a misa y me clavan la vista hasta que “pueden irse en paz”, alguna quizas me ha llamado directamente a mi, o ha llamado mi atención y la he conocido y siempre pienso: nada fuera del otro mundo, vale más ser Padre, como mi tío.
Este año decidí, que apenas cumpliera años ingresaría de una vez al seminario.

Llegó el día de mi cumpleaños y me levanté a las 7:00 de la mañana como todos los lunes. Llegué a la iglesia a devolver unos libros, a buscar un par más para estudiar durante la semana y a cumplir mis rutinarias labores antes de la misa de 11:00 de la mañana. Tío Eugenio, como todos los lunes llegaría faltando 5 minutos para las 11.

Salí a encender las velas para la misa y entonces fue cuando la escuché: hablaba con mucha paz, en voz baja pero la iglesia estaba vacía y su voz, de una u otra manera viajó hasta mis oídos:

-…te extraño tan inexplicable e indescriptiblemente, me estoy muriendo, a veces de una manera pasiva, a veces tan obvio que la gente me mira la cara con lastima en la calle, en la universidad, en la oficina o donde quiera que esté.

Temo mucho tantas cosas: quedarme sola abrazando la almohada imaginando que eres tú cada noche para siempre. Que ya hayas encontrado a otra y te hayas hecho a la idea de que es mejor que yo y peor que eso, que sea Diana, o alguna bombetas que te hayas encontrado en “El Cielo” y con ella estés “feliz” engañado o en serio feliz y yo solo este obsesionada con el amor que fue o pudo llegar a ser.

Me haces mucha falta, entre toda la gente que me rodea, los que me quieren y los que no; entre todos mis proyectos donde te excluyo para no deprimirme mas; entre los mandados que Dios me pone a hacer y me llenan una gran parte del corazón, no puedo dejar de sentir el hueco tan grande y profundo que dejaste dentro de mi alma.

Añoro, deseo, suplico y ruego cada día que despiertes y regreses a mis brazos, a mi vida, a mi amor, con tu amor para mí. Cada mañana es una tortura, al darme cuenta que la misma almohada que abracé toda noche imaginando que eras tú sigue siendo almohada y no Ricardo y si no la abrazo imaginando no puedo dormir, te necesito mi tontejo, te necesito mucho. ( hizo un silencio cortó y la ví secarse unas lágrimas) Bueno, Gracias de nuevo por regalarme estos minutos. Jesús, te amo mucho, mi tiempo ahora es para María, Amén-

Caminó hasta las bancas que están frente a la estatua de La virgen María vestida de luto, se persigno y de un salveque grande que cargaba sacó un Rosario y un librito con los misterios, se sentó frente a la estatua y rezó el Rosario en silencio, leyendo los misterios y observando fijamente la expresión de dolor y luto de la Virgen. Terminó de rezar y se quedó ahí sentada esperando la misa, la miré todo el todo el tiempo, ponía mucha atención a la misa, su cara me decía lo triste que estaba, pero su atención a la oración me contaba lo fuerte que era, y lo que la escuché decir mientras oraba frente a la imagen de Jesús cargando la cruz y encendía una vela, me enseñaba que era una muchacha común que iba a la universidad y trabajaba; su manera de vestir: tenis, una camiseta con el dibujo de un gato, dos trenzas en el cabello y jeans, que era una muchacha sencilla y relajada.
Comulgó, eso significaba que tenía paz con Dios, y oraba muy atenta. Terminó la misa y yo fui ayudarle a tío Eugenio a guardar el Santísimo y solo pude verla salir por una de las puertas laterales.

No pude dejar de pensar que sería de esa muchacha, no aparentaba tener más de 17 años, pero su vida, bueno lo poco que escuché, me hacía creer que era mayor que eso. Era bajita, 1.58 mts a lo mucho, tenía la piel blanca, no usaba maquillaje, pero su cara era linda y pacífica, su cuerpo era bonito, atrayente para cualquier hombre: manos delicadas, senos grandes y bien formados, contextura normal, piernas un poco gruesas, que lo único que hacían, a pesar de que vestía sencillo, era delinear las curvas de su cuerpo, cabello negro, largo hasta la altura del codo. ¿A quien extraña tanto? ¿Qué le pasó a ella y a ese tal Ricardo? ¿Por qué se ve tan fuerte y confiada si está tan triste?

Así pasé tres días, el jueves, alrededor de las cuatro de la tardé salí a barrer un poco los pasillos y la ví, hincada frente a la estatua de María, pero la estatua en que María se ve bonita, vestida de celeste pisando a la serpiente, con las doce estrellas en la cabeza; otra vez escuché su oración, pasé detrás de ella con la escoba y percibí su olor, dulce, penetrante, me quedé tras de ella unos segundos y no se dio cuenta:

-Hola, soy yo otra vez, quería contarte que mi familia no me desampara, los amigos siguen ahí, el trabajo genial, los estudios siguen con buenas notas, yo sigo perdiendo peso y viéndome mas bonita; mi pelo sigue creciendo negro y acolochado, por eso me lo aplancho de vez en cuando. Solo siguen diciéndome una y otra vez lo triste que me veo.

Dios me habla y he visto milagros suceder, cada noche lloro por dentro o por fuera por que no está, por que no me llama a decirme tonterías, a ver como estoy o decirme que me ama. Me dolió que no hiciera tiempo para que nos viéramos pero no puedo culparle si no le interesaba, solo me decepciona que mintiera diciendo que también quería verme. Madrecita, te voy a decir a ti otra vez lo que quiero decirle, quizas tú tengas chance de llevarle el mensaje:

Ricardo me estoy muriendo de la peor enfermedad del mundo, no hay vacuna, ni pastillas que lo hagan a uno sentirse mejor, ni operación ni transplante, no hay nada que lo haga a uno sentirse mejor o curarse aunque sea un poquito, la agonía es larga y cada minuto más difícil. Me siento muy mal y muy sola, no sé que va a ser de mí, ni cuando me podré morir finalmente y en paz, duelen los lugares del cuerpo que es imposible acceder con objetos quirúrgicos o medicinas, uno solo aparenta estar bien hasta donde es posible para que no le tengan lástima y llora sin cesar cuando es posible hacerlo y no deja de doler.

Esta enfermedad, hace que me tiemblen las extremidades constantemente, me da paranoia, me dan ataques de pánico y da mucho miedo, tengo a veces un ojo que me duele y se me pone rojo; me pone nerviosa e impotente, estoy muy asustada, muy asustada y no hay absolutamente nada que se pueda hacer al respecto.

Te quiero de vuelta como antes, que vayamos a pasear y me abraces mucho como antes, quiero no estar enferma ya y que nos vayamos a Japón a que estudies con tu beca y regresemos a casa con el perro nuevo y con Camila la gata, que hagamos el amor a cada rato, vayamos al supermercado a hacer las compras, cocinar los almuerzos y que me compres el BMW para que yo no me mate en un accidente, embarazarme y tener a Daniel, ser mamá de tiempo completo unos meses y luego de medio tiempo “on call” , disfrutarlo unos años y luego volver a hacer el amor mucho y cuidarlos a los dos, embarazarme otra vez y tener a Camila, sentirme celosa un rato por que le pones más atención a ella que a mi, trabajar medio tiempo de nuevo y luego darme cuenta que los tres me necesitan más en casa que trabajando, hacer mi propio negocio y enseñarles mucho sobre el amor, la vida y Dios a los niños, que vayamos a misa los domingos y que por las noches los mandes a dormir temprano, para acariciarme, besarme y amarme mucho como lo hiciste siempre. Que haya noches de póquer o donde lleguen los amigos a hablar paja, mantenerme siempre linda para ti y cuidarte y que me cuides mucho, que los cuatro nos amemos mucho y alcahuetear a los chiquillos cuando no estés. Que cada once de Enero me lleves una rosa blanca y que me digas “te amo mucho” todos los días y morirme contigo, morirme feliz por que mi gran amor siempre me amó, me dio dos bellos Ángeles que me llenan de orgullo cada segundo y siempre tuvo fe en mi, me vio como un ser maravilloso, bello e inteligente al igual que yo te veo a ti, a tu verdadero tú. Ayudar a todos los que Dios me mande a ayudar y que el último beso que reciba sea el tuyo.

Te extraño mi amor, y me despedaza que no me busques, no saber de ti, que no hayan muestras de nuestro tonto amor en ningún lado. Que no seas sincero contigo, conmigo y con quienes en realidad te amamos.

Siento que me voy a morir sin nada de eso y aunque digan que por lo menos no me morí sin haber amado, me voy a morir y voy a quedar como un alma en pena, por que no pude entregarte todo y nunca nadie o tú que eres mi gran amor, me amó tanto como yo logré amar.

No siento que yo valga un cinco, ni tú, ni nadie ha llegado a apreciarme por lo que soy y no siento que yo sea tan mala, no me siento fea, ni que les he haya hecho daño, ni a ti ni ninguno. Solo he conocido alegrías pasajeras que han terminado en sufrimientos prolongados, este más que ninguno.

No quiero morir sola, ni tampoco quiero estar o morirme tan triste, si en serio estas dormido, TE SUPLICO QUE DESPIERTES antes que yo muera y sea demasiado tarde. Deseo seguir amándote hasta que Dios me lleve al cielo, pero también quiero que estés a mi lado amándome, quiero morir sonriendo, agradecida, pero añorando más de tu amor aunque haya sido excesivo; no con cara de “Gracias a Dios que me morí por que no aguantaba un minuto mas sin ti”.

DESPIERTATE MI BELLO, DESPIERTATE, QUE TU SUEÑO ME ESTA MATANDO, NO PERMITAS QUE ME AMARGUE Y ME PUDRA, SALVATE Y SALVAME. VALIAS TANTISIMO, NO NOS ECHES A PERDER, NI A TI, NI A MI, NI A TU FAMILIA NI A LOS SUEÑOS QUE CONSTRUISTE, TODOS Y CADA UNO TE NECESITAMOS. DESPIERTA MI AMOR, DESPIERTA POR LO QUE MAS QUIERAS QUE YA CASI NO AGUANTO EL DOLOR.


Gracias virgencita por escucharme, también a ti te amo mucho. Este Rosario se lo dedico a Jaime, al amorzuelo y a las almas del purgatorio-

Otra vez rezando El Rosario, sentada en una banca, con la cara triste y su fe, llenando cada palabra que salía de su boca. Términó de rezar, se persigno y se fue. Otra vez me quedé pensando en mi mismo, en ella. Me confundía tanto, ella, sus palabras, su cara, su situación todo, su simple existencia me hacía cuestionarme a mi mismo, todas mis decisiones. Al lunes siguiente estaba de nuevo allí con su salveque, pensé, cuando la vi ya rezando el Rosario que me había perdido escucharla orar, pero era muy temprano y me imaginé que se quedaría a la misa, cuando terminó de rezar y comenzó a guardar el libro de los misterios y el Rosario, me quedé cerca, haciendo que limpiaba algo cerca de la estatua de María, ella oraba tan entregada que ni notaba mi presencia:

-Quiero ser como Jesús y tener la certeza de que hacer en cada situación y que mi confianza en Dios sea tan grande que pueda hacer cualquier cosa sin temor alguno de fallar o estar haciendo algo incorrecto.

Esta semana me he sentido un poco mejor, no se si será por que ya estoy mas ocupada con la U, o por que me he sentido útil por otras razones. Fui a pasear a la Basílica y le prometí a la virgen que si me ayudaba a que Dios me diera el milagro de traérmelo a él y a su amor por todos los que le amamos de vuelta, iba a cortarme un mechón del cabello y a mi amor también, los iba a poner en una foto de ambos y se la iba a llevar como agradecimiento, obviamente que le escribiría una linda carta o un poema y lo dejaría todo ahí.

También tuve una prueba pequeñita de fe y la gané, Dios me regaló un montón de cosas que puedo usar y, aunque el miedo a estar sola existe en mi corazón ya estoy más tranquila. Ayer pasé frente al apartamento de Paulo, solo por buscar adrenalina, Sugey, mi amiga manejó por la calle sin salida y yo me agaché por aquello, no quería que me viera Ricardo o alguno de sus custodios.

No por vergüenza, si no por orgullo.

Estoy fumando lo que podría llegar a ser mi último paquete de cigarros, compré chicles de nicotina, a ver que pasa, deséame suerte.
También comencé con una terapia de las Flores de Bach, a ver si se me quita la depresión y parece estar sirviendo.
Ya baje mucho de peso y tuve que comprar un jeans por que ya casi todos se me caen y en la oficina decían que ya la ropa se me ve muy grande, los pantalones se me caen, peso ya, calculando más o menos unos 58 o 57 kilos, tres más y estaré en el peso adecuado, sin embargo quiero bajar un par de kilos de más por si acaso subo un poquito cuando termine el tratamiento y apenas tenga plata me voy a comprar una bicicleta para ir al parque de la paz, por que si, estoy flaca, pero floja, y aunque acostumbro bañarme con agua fría, si se me están haciendo estrías en las nalgas y ESO NO ME GUSTA. Lamentablemente ya perdí todo el culo, y en la oficina me han dicho que se me ven menos tetas.

Estaba tan feliz cuando llegué a la oficina con el jeans nuevo, todo el mundo me dijo lo linda que me veía con ropa que si me quedaba y que me lucía verme así, que estaba muy bonita, además ese día llegué con trenzas en todo el pelo y como ya lo tengo tan largo se me ven muy lindas, andaba con una cola pero hasta el viejillo me dijo: “Paz, you look very cute today”, hace rato que no me piropeaban tanto, me levantaron mucho el ánimo. Hasta en la U me dicen que me veo bonita.

Ojala pudieras verme y piropearme tambien, ya me siento bien, no me gusta que haya tenido que irse, que yo haya sido un obstáculo para su crecimiento por impaciente, pero ni modo, solo me queda seguir para adelante.

Silvia soñó con el amorzuelo hace una semana, soñó que le decía: “amorzuelo, que vamos a hacer con Paz que llora tanto”, él no le respondió. Allí terminó el sueño. (Aquí comenzó a rezar un Padre Nuestro y un Avemaría, dijo que le iba a hablar a Ricardo otra vez y que si podían, le llevaran el recado:

Ricardo, anhelo tanto todo TU, quiero escucharte, compartir todo lo bello que he aprendido o visto, contarte los paseos y las experiencias, que me ayudes a estudiar (por cierto, en las cuatro materias del cuatrimestre pasado obtuve muy buenas notas y todas las pasé), quiero que duermas conmigo y que despiertes chineado, me necesites en tu vida y que me cuentes todo y me cantes canciones, que me dejes mensajes tiernos, tontos, raros, divinos o solo para contarme que estas haciendo en ese momento, como cuando me enviaste el mensaje de que estabas manejando un Ford viejo todo echo mierda; que me busques aunque esté a la par tuya, que me beses, acaricies y me hagas el amorcito mucho como antes, que pases pendiente de mi y que nos preocupemos el uno por el otro, que ya no vayas al “Cielo” o a pasear sin mi. Envidio realmente a cualquiera que tenga la dicha de pasar siquiera un segundo a tu lado, tanta gente que talvez solo comparte el ascensor contigo y ni te mira, no sabe cuanto deseo estar en sus zapatos y aunque sea solo para verte.

Sé que crees que ya cambié de número, y no lo he podido hacer todavía pero me molesta que no hayas siquiera intentado comunicarte conmigo, ver si en serio cambié el número, tengo demasiadas ganas de enviarte un mensaje pero, no sé que te diría, además, la falta de interés que me has demostrado no me permite hacerlo, me has hecho creer que realmente eso no te interesa y yo valgo mucho, me costó montones y demasiados años y errores darme cuenta de eso y no pienso volverme a regalar tan fácilmente, me duele todavía haberme regalado antes de conocerte por que el Ricardo que yo amo tanto, merecía que yo me hubiera guardado en una cajita, intocable toda la vida hasta que llegaras y me sacaras y así no fue. Si tú no eres mi Gran Amor, imagino que quien llegue a ser mejor de lo que fuiste tú, merece una mejor Maripaz, si fueras tú, entonces mereces mi sacrificio.

Bello mío, no sé, ni tengo idea de que pasa con tu vida ahorita, si existo o no en tu cabecita, si estás feliz o triste, cansado o lleno de energía, si te acuerdas o no de mi, por eso rezo, para no hablarte. TE TENGO MIEDO.

Gracias a todos y tambien los amo mucho, me voy ahora, ya casi comienza la misa-

Noté entonces que esta vez no estaba sola, un muchacho alto y delgado estaba con ella, él parecía tranquilo mientras la escuchaba orar y no se inmutaba por nada, solo admiraba la iglesia y la oía orar, estuvieron en la misa, ambos comulgaron, él se fue y ella se quedó un rato más. Yo comencé a cerrar las puertas y a apagar luces, ella: metida en su oración no se dio cuenta de que estaba cerrando y apagando todo.

-Le voy a hablar, esta es mi oportunidad- me dije a mi mismo. Entonces vi a un anciano orando y al verme se persigno y se acercó a la puerta que yo estaba cerrando y comenzó a hablarme, ella, se dio cuenta finalmente de que todo estaba apagado y rapidamente se levantó, recogió su salveque y se apresuró a la puerta, pasó entre el anciano y yo pidiendo disculpas y encendiendo un cigarrillo; caminó apresurada calle abajo, el anciano terminó su conversación justo cuando ella dio vuelta en la esquina y se fue.

-Dios, yo iba a cerrar la puerta, le iba a hablar, a preguntarle por todo. Se ve tan comprensiva, podría haberla escuchado, incluso ella podía haberme escuchado a mi y algo me habría enseñado. Tú señor sabes bien lo que haces y no tengo miedo, solo curiosidad-

La muchacha, no llegó al lunes siguiente, me dio pena, me moría por saber que le pasó, si la volvería a ver. Ella era la única razón por la que no entré al Seminario. Llegó a la iglesia hasta el jueves de esa semana. En silencio y con cautela me senté tras ella cerca de la estatua de María vestida de luto y la escuché atentamente, de nuevo, ella no puso atención alrededor y se metió en su oración:

Hola, soy yo otra vez, espero no ser muy necia, solo ustedes me reconfortan tanto. Ahora ya estoy mucho más tranquila. Tuve el chance de que me volvieran a tratar como una princesa y el muchacho hasta me contrató un trío para que me serenateara: “Y nos dieron la diez” de Joaquín Sabina y “Bésame en la boca” de Ricardo Montaner, un hombre de 30 años, con la vida ya hecha, con carro y casa propios, muy inteligente y con mucho de que hablar ya que era piloto y conoce muchos lugares, me trató de una manera excepcional, inclusive más que Ricardo (y menos tacaño) y, sinceramente, no es por malagradecida pero, yo prefiero estar con Ricardo.

Estaba un poco triste al respecto pero ayer, luego de que se haya abierto tanto conmigo, diciéndome tan honestamente lo que le hace falta y quisiera hacerme y que bajara la guardia y me llamara a darme una excusa, completamente innecesaria, me dejara decirte todo lo que le dije y le hubiera gustado tanto como a mi. Que no mintiera ni jugara de rico, solo sintiera y me hablara con las palabras de Ricardo el dulce, no el fabricado, estoy muy orgullosa de él; ni siquiera me molesta que se haya cogido a más chavalas en cuatro meses sin mi, con tanta facilidad, que en toda su vida. Me alegra, estoy contenta de que esté viviendo con los ojos abiertos y aprendiendo, que sea sincero consigo mismo, me fascina.

En estos dos días yo me he portado mal y debo pedirte Dios, que me perdones, pero de igual manera me alegra tanto que haya podido ser El mismo de nuevo, aunque fuera solo por ese ratito, Dios quiera que siga así, con ese Ricardo si puedo tratar de tener una amistad, si puedo respetarlo, si puedo darle un campo en mi vida para lo que sea, para lo que tú quieras Dios, sean los planes que alguna vez tuvimos y los sentimientos o no.

Estoy feliz por que el Ricardo bello, honesto, que piensa por si mismo y no manipulado vino de visita y pude disfrutarlo un rato. Gracias. (ahí comenzó a orar en silencio, no la pude escuchar más).

Comenzó la misa de seis, ella se comporto como siempre, comulgó, terminó la misa. Se quedó sentada hasta que todo el mundo se fue. Se quedó orando, cuando me acerqué a apagar las velas del altar, se levantó y caminó hasta mí.

-¿Ya vas a cerrar la iglesia?-

La miré fijo a los ojos y ella me regaló una sonrisa, no pude hablar.

-¿Estás bien?... ¿Solo quiero saber a que hora vas a cerrar la iglesia?-
-Si, estoy bien. ¿Cuanto rato quieres quedarte?-
-No importa, si tienes que cerrar, cierra. Yo puedo volver luego, otro día-
-¿A dónde vas?- no sé como ni de donde me salió esa pregunta.
-A mi casa supongo-
-Quiero hablar con vos. ¿Quieres esperarme un momento?-
-Está bien, espero. En aquella banca. ¿Si?-
-No, hay que salir por otra parte, vente conmigo-

Ella recogió su bolso y me siguió, silenciosa, esperando a que yo acabara, le pedí que me esperara en la puerta trasera y fui por mis cosas, oré un segundo, llamé a mi tío y le dije que iba a llegar un poco tarde, que si podía llevarme el carro, me dijo que sí. Mientras caminaba hasta la puerta donde ella me esperaba sentí miedo de que se hubiera ido, pero al acercarme al pasillo la escuché hablar por el celular:

-Bueno mami, entonces hablamos mañana. Te amo-

Me miró tranquila, llevaba el cabello suelto y una blusa de manta india, una falda de mezclilla larga y olía muy rico, a fresco, a pesar de que estaba fumando un cigarrillo; iluminaba la noche, nunca la había visto tan de cerca, era muy hermosa.
-Mi carro está ese parqueo. ¿Tienes hambre?-
-No, pero yo voy donde me lleves. Vos no me das miedo-
-Yo no tengo hambre, vamos a tomarnos algo ¿donde te gusta ir?-
-A mi casa-
-Bueno ¿donde vives?

Nos subimos al carro, vivía muy cerca de la iglesia. Un departamento pequeño de dos pisos. En la sala habían dos sillas grandes y dos puff, la televisión y un DVD, un mueble lleno de libros. Luego la cocina, pequeñita pero bien surtida, abrió una alacena luego que me pidió que me sentara.

-¿Qué quieres tomar? Tengo, tequila, ron, coca cola, fresco de mango y un vino que no es mío, pero como si lo fuera-
-Me gusta el ron con coca-
-A mi también, eso vamos a tomar-

Sacó dos vasos y les puso hielo, hizo los tragos, y encendió la contestadora del teléfono. Un mensaje era de un gringo que decía que devolviera la llamada tan pronto le fuera posible. Otro de un muchacho que me desilusionó por un momento:

-Lucía, no sigas enojada, por fa, contesta… bueno, mañana te llamo-

Apagó la contestadora y dijo:

-No sé para que reviso esa porquería, los recados nunca son para mi-
-¿Cómo te llamas?-
-Maripaz Salas, ¿Y vos?-
-Julian Gómez-
-¿Qué querías hablar conmigo?-
-No sé solo conocerte-
-Bueno, ya sabes mi nombre, tengo 22 años, la próxima semana me graduo de Comercio Internacional, pero quiero ser sicopedagoga, especializarme en educación especial. Soy rara y lo acepto, leo mucho, por que me gusta, trabajo para una compañía gringa y creo mucho en Dios, en la virgen, en Jesús y en los ángeles- (me dí cuenta de que toda la casa estaba llena de figuras de ángeles, collages de fotografías de toda clase gente y situaciones y que en la mesa del centro de la sala había una Biblia abierta en El Cantar de los Cantares) - ¿Y vos que?-
-Quería entrar al Seminario apenas cumpliera 23 años, el día de mi cumpleaños pasó algo y no lo hice. Te he escuchado orar todo el tiempo y llamaste mi atención, eso es todo-
-Los hombres casi no hablan. Siempre hay que leerles los gestos y las expresiones, o el tono de la voz. Si un hombre habla mucho, es que está mintiendo, vos decís la verdad, ya me caíste bien-
-¿Con quien vives?-
-El apartamento es mío, a la par viven mis papás y mis hermanos; le alquilo dos cuartos a dos amigas que, ahorita andan en la playa, regresan el domingo: Alina, que tiene 24 años y estudia Bellas Artes, trabaja en una pastelería y Lucía, que tiene 26 años y solo trabaja, para la misma compañía que yo. Para ella era el mensaje en la contestadora. A mi, siempre me llaman al celular por que nunca estoy y si estoy, estoy durmiendo-
-¿Por qué no vives sola si el apartamento es tuyo?-
-Aún estoy pagando el préstamo con que lo construí. Ellas se van cuando termine de pagarlo, tienen contrato, pero nos llevamos muy bien. Ademas, creo que vamos a prorrogarlo por dos años más. Quiero comprar un carro y la plata del alquiler me sirve para pagar el préstamo y ellas no quieren irse, bueno, yo tampoco quiero que se vayan-
-Has hecho muchas cosas para estar tan joven-
-Utilizo todo mi tiempo. Padezco de insomnio, entonces estudio mucho. Por eso te dije, que cuando estoy aquí, casi siempre estoy durmiendo, duermo solo cuando ya estoy muy cansada.-
-¿Qué te causa el insomnio? si no te molesta que te pregunte- miró hacia el librero por unos segundos y con un suspiro miró hacia uno de los collages de fotografías…
-Tengo problemas para aceptar que la gente se va-

Hablamos de todo. Maripaz, resultó ser muy inteligente e interesante a pesar de su cara de tristeza. Puso música, y nos reímos mucho, su risa era contagiosa. Le conté toda mi vida, ella me inspiraba confianza y tranquilidad, pero no me hacía verla como un enamoramiento, igual me confundía: Tenía por un lado, todos los planes de entrar al Seminario y poca fe en querer tener novias y casarme algún día, pero, por otro lado estaba ella, tan culta, bella, interesante, misteriosa y apasionada, con su fe tan fuerte, con sus oraciones por gente que yo no conocía y con su “Ricardo”, al que tenía tan adentro y amaba tanto. Eran ya las 12 de la noche y entonces los tragos me desinhibieron:

-¿Quién es Ricardo?-
-Mi gran amor-
-¿Qué le pasó?-
-Tuvo que irse. A crecer, a aprender lo que yo no puedo enseñarle, a madurar-
-¿Hace cuanto?-
-Ya ni sé, poco más de un año, pero se me ha hecho eterno, realmente no creo que vuelva-
-Y ¿se hablan? ¿Mantienen comunicación o algo?-
-A veces le dejo mensajes en la contestadora, a veces los deja él, ninguno responde la llamada del otro-
-No puedo creer que no le respondas, lo que sientes por él parece ser tan fuerte. ¿No quisieras conversar con él?-
-Con él, si, mucho. Solo que ya no es el ángel del que yo me enamoré, es otro, con ese no puedo hablar.

Se levantó, subió al segundo piso y trajo unas fotos y unas tarjetas. Las observe, eran ella y Ricardo, sinceramente, en las fotografias estaba mucho más gorda, pero no fea, tenía el cabello mas corto; en las fotos no se veía tan linda. Maripaz me contaba donde había tomado cada foto y me hizo leer las tarjetas, llenas de amor de pareja, de dulzura, de AMOR, de un amor que yo no conozco ni he sentido por nadie, me parecía tan bello. Ella entonces me pareció más llamativa: ¿Qué tenía ella para que alguien la hubiera amado tanto y la haya abandonado así? ¿Cómo alguien que la adoraba podía haberla dejado sola, sumergida en esa tristeza que la opacaba a simple vista?

-Lo amas mucho. Me parece que él es muy tonto. Yo ni sabía que había gente como vos y en pocas horas ya sé lo invaluable que sos, me mostraste sentimientos nuevos pero verdaderos. Yo quisiera conocer a alguien como vos y sentir y vivir todo esto. El solo se levantó y se fue, dejando toda una mina de oro llena y abierta para que cualquiera se aproveche de ella-
-¡No! No es culpa de él. Las cosas son como son. Yo soy yo y soy invaluable, no es que quiera sonar pesada, pero si él no hubiera llegado a mi vida, a mis brazos, a mi amor, yo no sería ni la mitad de lo que soy hoy, sé lo que siento, sé quien es él realmente y sé quien soy yo. Conocí, luego de que se fue, lo mucho que Dios me ama y me di cuenta de lo que quiero y a quienes quiero, conocí por qué estoy en este mundo. Soy quien soy hoy, gracias a Dios y a él. Sé que lo quiero de vuelta, sé que volverá, solo no sé cuando pero, no dudo. Solo vivo y soy feliz. Soy humana, cometo errores y a veces me desespero, pero nunca camino por otro sendero que no sea el que Dios me muestra. Hay veces en que me distraigo y veces en que me desvío, pero regreso al camino a fin de cuentas-
-Pero tienes mucho miedo, yo te he escuchado admitirlo-
-El miedo, es normal, somos niños, bebés. Para Dios nunca seremos ancianos sabios, solo sus hijitos. ¿Acaso no le tuviste miedo al “coco” o al “viejo del saco” cuando eras chiquito?-
-Si, pero eso nada tiene que ver-
-Tiene mucho que ver. Nunca dejamos de aprender, de crecer. Somos chiquitos todos, hijos de Dios. No importa cuanto crezcamos, maduremos, aprendamos o vivamos, seguimos, para Dios, siendo sus bebés, sus niños y SIEMPRE le tendremos miedo al “coco”, solo le pondremos otros nombres como exámenes, despidos de trabajo, desilusiones. Pero, siempre es el mismo “coco”, el “monstruo bajo la cama”-

Ella tenía razón. No podría discutir eso nunca. Sonó el teléfono y se levantó a responder. Era una de las amigas que vivía con ella para decirle que estaban bien y le habían recogido arena en una bolsa para los peces. No tenían peces pero luego me explicó que era un chiste. Había una llamada en espera, ella se despidió muy rápido al ver el identificador de llamadas y la respondió:

-¡Hola tú!... No, estoy con un amigo… ¿Mañana? A las 8… Nada por el momento… Esas, vienen hasta el domingo… El sábado tengo off, voy a una fiesta en la tarde /noche y nada más… Si quieres, por mi está bien… Ellos no se enfadan, solo tienes que entrar y saludarlos primero, luego se desentienden y me interrogan luego… “Gueno” ¿Me esperas donde siempre?... Quedamos en eso entonces. Te veo mañana- (se rió como desde adentro y colgó el telefono con “un beso, te cuidas”)

-Era Ricardo, quiere que nos veamos mañana-
-¿Este apartamento era de ustedes?-
-No, yo lo construí después. Ricardo ni sabe que existe creo yo-

La música se adueñó de ese instante. Ella se tiró suspirando a mi lado. Yo la abracé y ella se acomodó entre mis hombros y mi pecho.

-No sé si estoy borracho, no me siento borracho. Pero, creo, bueno… estoy seguro, de que algo tienes para mi-

Maripaz se incorporó y penetro su mirada en mis ojos por unos instantes. Me acarició la cabeza y me preguntó:

-¿Sientes seguridad? ¿Crees en ti mismo?-
-Sí-

Se levantó, me quitó la camiseta y acarició mi pecho. Se quitó la blusa, me besó el cuello y terminó de desvestirse.

-Puedo irme a dormir ya. No tengo sueño, pero tengo paz. ¿Qué quieres tú?-
-A ti… pero… tu amas a… tu gran amor-
-Yo amo a mi gran amor. Pero soy amor, por que Dios es amor y yo soy su hija, así como tu eres su hijo y tambien eres amor. Yo sé que en este instante, me amas. ¿Qué quieres?-
-Amarte-

Me llevó a su cuarto. Era tan tranquilo y placentero. Verla caminar desnuda frente a mi me inspiraba paz, no lujuria. Entramos y me quitó el resto de la ropa. Me pidió que me recostara y que orara con ella. La oración fue corta pero dulce.
Nos metimos bajo las cobijas, la besé, como nunca en mi vida había besado o querido besar a nadie; sentí su cuerpo, su alma, su pasión, su entrega, su confianza y su sabiduría. Ella me acarició por un rato y yo bostezé.

-Nunca he hecho esto, pero tú lo necesitas para seguir adelante y yo soy una luz, una ayudante. Nunca olvides esta noche, por que es decisiva en tu vida. Mañana, cuando despiertes sabrás que hacer y no tendrás dudas sobre tus decisiones-

Seguimos besandonos por un rato. Conocí todo su cuerpo, sus gemidos, su respiración, sus olores. No dormí. Me dediqué a mirarla, acariciarla y disfruté cada segundo. No hicimos el amor como la cultura nos ha enseñado, pero sí como lo sentimos en ese instante. Desperté de ese regalo cuando amaneció y tuve la necesidad de irme.

Maripaz, siguió yendo a misa, orando. Me besaba cuando me veía y me abrazaba. Entré al seminario con tanta seguridad. Todo el tiempo pensé en ella y en lo que me había mostrado, enseñado y entendido.

Tres años después daba yo la misa de 11:00 a.m en la Parroquia de Nuestra Señora de la Soledad. Tío Eugenio murió dos meses antes. La vi. Maripaz estaba sentada en la primera fila. Con el cabello negro acolochado aún más largo. Su cara irradiaba felicidad. Me tiró un beso y abrazó a su acompañante: Ricardo. Al terminar la misa, salió corriendo tras de mi.

-Estoy orgullosa de ti. Me haces muy feliz-
-Te ves más bella-
-Feliz, Julian, no bella-
-Bueno, feliz-
-Julian ¿Todavía me amas?-
-Si- Ricardo llegó, se presentó y besó a Maripaz en la boca.
-Mucho Gusto, Maripaz habla de usted a menudo-
-Yo pienso en ella a menudo-
-Queríamos preguntarle, si nos podría casar-

Los casé dos meses después. Tuvieron dos hijos: Daniel y Camila. La casa, el perro nuevo, todo lo que ella quería. Salíamos a menudo y su risa me hacía sonreír.

¿La enfermedad de la que Maripaz se moría? Al principio era solo tristeza. Al regresar su gran amor se curó. El le compró el BMW para que no se matara. Supuestamente esos carros tienen las mejores bolsas de aire. Al ser tan caros nadie se atreve a chocarlos y con eso, para Ricardo, a pesar de que Maripaz manejaba muy mal, ella estaba a salvo. Cumplía Camila, la menor 14 años, cuando Maripaz chocó. Las bolsas de aire no sirvieron; el BMW y Maripaz, fueron pérdida total.

4 comments:

Kri§ said...

:crymeariver: Gracie lloré! Demasiado linda tu mini novela, me recordó demasiado a mí, a alguien, a todo y a nada. Te felicito! De verdad, me gustaría leer más de eso! :)

Kri§ said...

Me hiciste llorar!!! Buaaaaa!!! Estuvo muy lindo te había escrito un comentario todo bello y no sé por qué putas no se posteó :( Pero de verdad, me gustaría leer más...

Me identifiqué mil con esa historia al chile... Y que al final volviera con Ricardo y el pobre de Julián ahí, y casarlos huy es que qué final!

:)

Donovanrp said...

Vi su post en 89db y decidí leer esta entrada, me tomó algunos días terminarla porque también quería revisar los blog de otros miembros.

El final me hizo gracia, lo que tardé muchos ratos en leer terminó en unas cuantas líneas jaja Pobre Ricardo, al final fue él quién se iba a enfermar por gastar tanta plata para nada! lol

El comentario del principio me gustó.

GracielaGonzalez said...

Igual agradezco infinitamente que te hayas tomado el rato de leerlo. Lo hice hace muchos años. Gracias en serio.