Gente fea y gente bonita, de como somos por fuera

Nunca me he caracterizado por ser una persona sociable; la gran mayoría de mis amigos incluso admite que piensan que soy altanera, grosera, intimidante y que nunca les gustaría ser mis enemigos. Yo en realidad no se como pero simplemente así soy, así crecí y no se otra manera de ser. Pensaría uno que esas cualidades pertenecen a una persona realmente despreciable, sin embargo debo admitir que tengo muschisimos amigos y que ademas los he conservado por años y que el día en que dije que iba a ser psicologa todos asintieron y me expresaron que era la carrera mas lógica para mi.

Debo admitir que la gente tiende a agarrarme confianza con demasiada facilidad, tambien que soy bastante agil para dar consejos, lo cual explicaría el porque sería yo una buena psicologa, pero adonde queda lo altanera, lo grosera, lo intimidante?

Soy poco tolerante, odio la gente que vive para llamar la atención, odio a quienes les ponen atención maravillados, odio a la gente que no es humilde o que no puede aceptar la realidad de las cosas, odio a la gente mentirosa, a la gente metiche y a todos a los que la vida les es servida en bandeja de plata. Odio a la gente que no sabe respetar el amor. Odio a los ladrones y a los asesinos, y a los asesinos/ladrones que creen que la vida vale los mismo que un celular. Odio a la gente mediocre, a la gente vagabunda y a la gente que no tiene metas en la vida. Odio a la gente cochina y a la gente que se levanta tarde y apura a los demás. Odio a la gente que aprendió a manejar pegada al pito.

A parte de odiar tanta gente, tambien me hallo en la capacidad de amar a otra gente: amo a la gente desinteresada, amo a la gente creativa, amo a la gente positiva, adoro a la gente realista, amo a la gente que ve mas alla de la ropa, amo a la gente que sabe que las cosas buenas que recibimos hay que pagarlas para conservar buen karma. Amo a quienes me aman tal y como soy y amo a los que se ponen felices por las alegrias de otros. Amo a quienes la plata no les importa pero estan cocientes de su valor. Amo a quienes saben que el tiempo vale oro y vale el doble cuando no les pertenece. Amo a la gente cordial y amo a la gente que sabe amar.

Ahora, hay gente bonita y gente fea: hay un fotografo muy bueno, y el día que abrió la boca todo lo hermoso que vi en sus fotografías se desapareció como si nunca hubiera estado ahí. Hay una muchacha que escribe divino, pero de cada 10 palabras que salen de su boca 8 son mentira o una exageración.

Mi punto a todo esto es el siguiente, nada es lo que parece, todo hay aprenderlo para poder criticarlo.